Además de los síntomas que se presentan, existe riesgo de presentar alguna complicación, las más frecuente son: infertilidad, diabetes gestacional o presión arterial alta debida al embarazo, aborto espontáneo o nacimiento prematuro, esteatohepatitis no alcohólica (inflamación hepática grave causada por la acumulación de grasa en el hígado), síndrome metabólico (un grupo de afecciones que incluyen presión arterial alta, niveles altos de glucosa en la sangre y niveles anormales de colesterol o triglicéridos que incrementan significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de los vasos sanguíneos), diabetes tipo 2, prediabetes o resistencia a la insulina, apnea del sueño, depresión, ansiedad y trastornos de alimentación, cáncer del revestimiento del útero (cáncer de endometrio), la obesidad está asociada con el síndrome de ovario poliquístico y puede empeorar las complicaciones del trastorno.
Es recomendable acudir a valoración médica en caso de presentar alguno de los síntomas antes mencionados para realizar una evaluación clínica adecuada que incluirá la elaboración de una historia clínica minuciosa e interrogatorio del historial menstrual de la paciente, pruebas diagnósticas en sangre y ultrasonido endovaginal, de confirmar el diagnóstico, el tratamiento puede incluir fármacos como anticonceptivos orales combinados o metformina, y cambios en el estilo de vida (alimentación, ejercicio), con el objetivo de mejorar el funcionamiento hormonal y prevenir el riesgo de complicaciones a largo plazo.